Un punto crucial que los líderes deben
considerar es si vivirán para ellos mismos o vivirán para ayudar otros. Alguien
dijo: "Si no somos como una vela que se consume dando luz, estaremos
viviendo en vano". El liderazgo no se trata de usted, se trata de los
demás. No se trata de acercarnos a las personas para aprovecharnos de ellas,
sino de acercarse para amarlas, ayudarlas en su dolor, para darles esperanza
allí donde ellas solo ven dudas y temores.
Si usted es líder debe saber que será
tentado a mirar a las personas desde tres ángulos distintos: 1) Verás en las
personas una oportunidad para aprovecharte de ellas. 2) Verás en las personas
un problema a evitar o 3) verás en las personas una oportunidad para amarlas.
Cuando las personas se acercaron a
Jesús, él vio en ellas la oportunidad de amarlas y servirlas. «Y al ver las
multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas
como "ovejas sin pastor». Mateo
9.36
Para Jesús, las personas no eran
escalones para el éxito, que podrían ser pisadas. Las personas eran los
receptores de su corazón de siervo. Su trabajo o ministerio no era una carrera
para obtener sus propios intereses. Por el contrario, su trabajo era servir a
los demás en beneficio de ellos.
¿Qué oportunidad ve usted como líder
cuando las personas se le acercan? ¿Los mira con los mismos ojos que los ve
Jesús?
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