lunes, 20 de agosto de 2018

SOY ÚTIL EN MI IGLESIA CUANDO ME DISPONGO A SERVIR


SOY ÚTIL EN MI IGLESIA CUANDO ME DISPONGO A SERVIR

Usted no se imagina el valor que le aporta a la iglesia cuando se dispone a servir. En el mundo competitivo de los negocios el servicio se ha tornado en la clave para alcanzar el éxito. Muchas empresas están capacitando a su personal en técnicas de servicio. Pero para la iglesia servir a las personas no es una técnica empresarial, es su esencia. Es su distinción.
Una de las razones por la que el ministerio de Jesús tuvo éxito es porque siempre estuvo dispuesto a servir a las personas.  Jesús fue consciente del propósito que le traía acá a la tierra. Una vez más veamos sus palabras: «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Marcos 10:45.»
En otro pasaje bíblico se lee:
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Lucas 4.18, 19
Con una vida dedicada al servicio, era de esperarse que las multitudes estuvieran dispuestas a escucharle y seguirle. Las personas se aglomeraban ante él porque siempre estuvo dispuesto a servirles. Las alimentaba, sanaba, las hacía un milagro, las enseñaba. Eso hizo atractivo el ministerio de Jesús y creo que sigue siendo uno de los atractivos esenciales de la iglesia en estos tiempos.
En un pueblo había una madre soltera con un bebe frágil. Su vecina la visitaba a menudo y cuidaba el niño para que ella pudiera ir de compras. Después de algunas semanas su vecina compartió algo más que su tiempo. Compartió su fe, le habló de Cristo y aquella madre terminó entregando su vida a Cristo. Días después cuando las amistades de la madre se enteraron de lo que había dicho le preguntaron en forma de protesta: ¿sabes en que te has metido? ¿Sabes lo que enseñan esas personas? La madre soltera respondió: No sé lo que enseñan, ni se quiénes son, pero lo único que sé es que cuidaron de mi bebé. Me sirvieron.
¿No es eso lo que espera Dios de sus hijos? ¿No es esa la clase de respuesta que alegra el corazón de nuestro Señor?
Tal vez su conocimiento bíblico y doctrinal no atraiga a la gente, pero no hay duda que una vida de servicio sí lo hará. Sea servicial. Involúcrese en el ministerio de su iglesia. Sirva a las personas, pues el servicio es útil y atractivo.



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