lunes, 5 de septiembre de 2016

¿TIENE DIOS PREPARADO UN NOVIO(A) PARA MÍ?

Esta es una de las preguntas más cuestionadas en el ámbito cristiano. Decían Sergio y Carina Valerga:
Por mucho tiempo vivimos tratando de “encontrar la voluntad de Dios”, y al paso de los años nos hemos dado cuenta de que no hay tal cosa como que Dios ha designado un “novio” o una “novia” y lo ha escondido en alguna parte del planeta para ver si somos capaces de encontrarlo.[1]
Ante la pregunta ¿cree usted que Dios selecciona a una persona en particular para cada cristiano que se casa, y que El persiste hasta que les une? El reconocido y experto en temas familiares J. Dobson, respondió:
No. En realidad, esa es una suposición peligrosa para que se confíe en ella…cualquier persona que crea que Dios toma el control de la libertad que el individuo tiene para elegir, y que de ese modo garantiza a cada cristiano un matrimonio que tendrá éxito, se va a llevar una gran sorpresa. Esto no quiere decir que Dios no tiene interés en la elección del compañero o compañera matrimonial, o que Él va a contestar si se le pide de una manera específica su dirección en esta decisión que es de suma importancia. Por cierto, debería buscarse la voluntad de Dios en un asunto tan serio, y yo lo consulté a El varias veces antes de proponerle matrimonio a la que es mi esposa. Sin embargo, no creo que Dios realiza un servicio habitual de buscarles pareja a todos los solteros que le adoran. Él nos ha dado discernimiento, sentido común y la capacidad para decidir, y espera que ejerzamos esas facultades en el asunto matrimonial. Es probable que los que creen de otro modo entren al matrimonio sin pensar seriamente en ello, diciendo: “Dios nos lo habría impedido si Él no lo hubiera aprobado”. Esa es una actitud muy peligrosa ante una decisión tan importante.[2]
Apelando a la palabra de Dios, me pongo en la fila de aquellos que sostienen que Dios le ha dado a los seres humanos la capacidad del libre albedrío, y también la capacidad de la razón. Ambas fueron proporcionadas por Dios para usarlas debidamente y tomar decisiones que nos ayuden a hacer de nuestra vida una obra magistral. El hecho de que muchos jóvenes anhelen compartir su vida a lado de una persona del sexo opuesto, es una de las experiencias más importantes de la vida. Y por supuesto que se debe colocar el asunto en las manos de Dios, pero que sin que aquello signifique ir tras el misticismo y lo extático. 
 Una de las equivocaciones que se necesita corregir con urgencia dentro del círculo cristiano es aquella que ha conducido a muchos creyentes a suponer que creer en Dios comprende renunciar a nuestras capacidades intelectuales. Generalmente este círculo cree que usar hacer uso de la razón es anticristiano y mundanal. Nada más lejos de la verdad bíblica que nos enseña diciéndonos: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente (Mateo 22.37)».
No hacer uso de las facultades racionales con la justificación de que eso me hace más espiritual que otros, es una objeción a la misma palabra de Dios. Por lo tanto, creer en Dios no significa tener que fusilar nuestras neuronas y andar por la vida a tientas buscando siempre que Dios haga algo por nosotros.
ALGUNOS CONSEJOS ÚTILES PARA AQUELLOS QUE DESEAN CASARSE
1.        Dile a Dios que tiene intenciones de casarte y que te dé dirección en este asunto
2.        Antes de casarte evalúa si realmente estás apasionadamente enamorado (a) de aquella persona con quien piensas unirte. Todo noviazgo tiene como base no la revelación extática, sino el amor. James Dobson, cuenta la siguiente anécdota de su vida: En cierta ocasión un maestro de la escuela dominical me dio un consejo que jamás olvidaré. Este maestro me dijo: "No te cases con la persona con la que tú piensas que puedes vivir. Cásate con la persona con la cual no podrías dejar de vivir." Hay una gran verdad en este consejo. El matrimonio puede ser difícil aun cuando dos personas están apasionadamente enamoradas, pero es como un asesinato cuando ellos no tienen ni siquiera el amor como fundamento. [3]
3.        Haz una lista de las cualidades que te gustaría que tu pareja tenga. Es mejor saber lo que uno quiere de la vida, antes que tomar cualquier cosa que encuentre en la esquina.
4.        conoce a la persona con quien te piensas casar. Generalmente los novios ponen la mejor cara para aquél a quien desean atraer. Guardan secretos que puedan hacer peligrar la relación. Por eso mismo, muchos recién casados se llevan una gran sorpresa durante el primer año de su vida matrimonial. Se sugiere que tomes un tiempo razonable para lograr pasar detrás de la fachada y conocer el carácter interior de la persona.
5.        Evita emparejarte con alguien que tenga una convicción de fe distinta a la tuya. Es posible que tengas la esperanza de ganar a tu cónyuge para el Señor en el futuro, y en ocasiones eso sí ocurre. Pero contar con ello es un gran riesgo, y en realidad también es una tontería.





[1] Sergio Y Carina Valerga.Tal Para Cual. El Paso Texas, EE.UU. Edit. Mundo Hispano.2010,p.25
[2] J. Dobson. Matrimonio Y Sexualidad. Miami, EE.UU. Editorial Unilit,1997, p.14
[3] http://edificandomatrimonios.blogspot.com/2008/02/siete-claves-para-tener-un-amor-para.html