Walter Scott, novelista, poeta y gran
cristiano británico, se estaba muriendo cuando dijo a su secretario: “Tráeme el
Libro”. El secretario miró los miles de libros que había en su biblioteca y
dijo: “Doctor Scott, ¿qué libro?” Él contestó: “El Libro, la Biblia: el único
Libro para un hombre que se está muriendo”.
Sin embargo, la Biblia no es un libro
solo para un moribundo que está próximo a cruzar el umbral de la muerte, es también
para las personas que gozan de salud y de mucha vida. Su mensaje calma la tristeza
y produce alegría al corazón. El Salmos 19.8 dice: «Los mandamientos de
Jehová son rectos, que alegran el corazón…» También el Salmos 119.162 nos dice: «Me regocijo en tu palabra como el que
halla muchos despojos». En este pasaje,
el salmista compara el gozo que produce la palabra de Dios con el tipo de
felicidad que experimenta el hombre cuando encuentra un tesoro.
El profeta Jeremías experimentó gozo al
tener un encuentro con la palabra de Dios, y dijo: «Fueron halladas tus
palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi
corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos» (Jeremías 15:16). Acaso, ¿Jeremías comió
las palabras de Dios de la manera que se come un pan? No. Jeremías escribe
metafóricamente para explicarnos que al hallar las palabras de Dios, las retuvo
ávidamente y se apropió de ellas. Jeremías interiorizó las palabras de Dios y
cuando él hizo esto, experimentó gozo.
Sin embargo, muchos no hallan deleite en
las Escrituras, quizás la razón es porque son afectados por cualquiera de los
siguientes problemas:
El
problema de la perspectiva. La perspectiva que un creyente tiene
referente a la Biblia es determinante en el resultado. Por ejemplo
ü Si un creyente cree que la Biblia solo debe ser
estudiada por los que la predican, verán el estudio y la lectura de la Biblia
simplemente como una herramienta del trabajo pastoral (creerán que el pastor
debe estudiar la Biblia como estudia el abogado la constitución). La Biblia no
fue dada solo para el pastor, sino para todos.
ü Si alguien piensa que la Biblia es un libro antiguo
y que no se ajusta a su realidad, asumirá que la Biblia solo es para el culto y
no para la vida diaria.
ü Si un
creyente cree que la Biblia es muy difícil de estudiarla, posiblemente
se sentirá desmotivado de navegar por sus páginas y creerá que el estudio de la
Biblia es solo es para los estudiantes o seminaristas bíblicos.
El
problema de la aplicación. Este problema
consiste en que muchos creyentes no experimentan el gozo de leer y estudiar la
Biblia porque no la interiorizan. Es decir, no se apropian de ella, no la
relacionan con sus vivencias. Cuando Jeremías escribió el capítulo quince,
estaba pasando por un momento de crisis emocional por ver el sufrimiento de su
nación; el gozo para su vida llegó cuando ávidamente permitió que la palabra
divina empapara su interior.
El
problema de la desobediencia. En
Lucas 11.28, Jesús dijo: «Bienaventurados
(felices) los que oyen la palabra de Dios, y la guardan». Si usted quiere ser
una persona feliz, al estudiar la Biblia, obedezca lo que dice y luego vea los
resultados.
¿Quiere usted rebosar de gozo como
reboza de gozo el corazón de alguien que
encuentra un tesoro? La próxima vez que tome su Biblia, tenga la perspectiva y actitud
correcta para estudiarla y aplicarla en su vida.
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