viernes, 21 de diciembre de 2018

EMANUEL: DIOS CON NOSOTROS



Se dice que en una batalla que dirigía el Duque de Wellington, una parte de su ejército estaba cediendo ante el enemigo, cuando de pronto un soldado vio al Duque entre sus propios combatientes, y el soldado gritó con voz estentórea y jubilosa: “¡Aquí está el Duque! ¡Dios lo bendiga!” Y el mismo soldado, dirigiendo la palabra a uno de sus compañeros, le gritó a éste: “¡Más me gusta ver la cara del Duque, que a toda una brigada!” Los demás soldados, al oír todo esto, volvieron sus rostros hacia el lugar donde estaba el Duque. Al verlo se reanimaron, recobraron la serenidad y el valor, y decían: “¡El que nunca ha sido derrotado ni lo será está con nosotros!”.  La presencia misma de aquel general con sus soldados disipó los temores y llenó de valor sus pávidos corazones, y pronto derrotaron al enemigo.
La historia de la Navidad nos hacer recordar que Jesús cruzó la inmensidad espacial y dejó su trono para estar con nosotros. Desde el tiempo en que los profetas anunciaron el nacimiento de nuestro Señor, podemos observar la bondadosa intención de Dios para con los hombres: «He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros» Mateo 1.23. Emanuel es una palabra compuesta de dos voces hebreas: Immanu (con nosotros) y Él (de Elohim, Dios). En su amorosa intención de estar con nosotros, Dios se encarnó en la persona de Jesús e hizo su morada entre nosotros: «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros… »
Juan1.14.
Dios con nosotros. Que afirmación tan maravillosa y profunda a la misma vez. Dios con nosotros no solo en el templo, sino también en casa. No solo durante nuestras expresiones religiosas durante el culto, sino Dios con nosotros en nuestras actividades cotidianas. Dios con nosotros en la oficina,  en el campo, en la escuela, en la cocina, en el comedor, en la sala de operaciones, y en cualquier lugar donde estemos. No estamos solos en este mundo.  Muchos en algún momento nos abandonarán,  pero él no lo hará. Prometió estar con nosotros siempre: «…y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» Mateo 28:20.
Alguien o algunos estarán ausentes para usted en esta navidad, pero no Dios.

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