Uno de los grandes beneficios que brinda
el estudio de la Palabra de Dios, es la transformación
de nuestras vidas. El Salmos 19. 7 dice:
«La
ley de Jehová es perfecta, convierte el alma…» (RV60)
Un
caníbal que se había convertido al Señor, estaba sentado al lado de una olla
grande leyendo su Biblia cuando un antropólogo usando un casco de explorador se
le acercó y le preguntó:
—¿Qué haces?
—Estoy leyendo la Biblia —contestó el
nativo.
—¿No sabes que el hombre moderno y
civilizado rechazó ese libro? No es nada más que un paquete de mentiras. No
pierdas el tiempo leyéndolo —dijo mofándose el antropólogo.
El caníbal lo miró de arriba abajo y
lentamente respondió: —¡Señor, si no fuera por este libro, ya estaría usted en
esta olla!
La Palabra de Dios había cambiado la
vida de este caníbal (y también su apetito).
El primer gran beneficio de estudiar la
Palabra está en el poder que ella tiene
para transformar nuestra vida. Sus palabras son tan poderosas que producen un
cambio en nuestro ser, por eso que podemos decir que la Biblia «…Es mucho más
que una guía doctrinal. ¡Genera vida, crea fe, produce cambios, […] sana
heridas, edifica el carácter, […] infunde esperanza, libera poder, limpia
nuestras mentes…!». Dios usa su Palabra para renovar nuestras vidas.
Si su vida no está mostrando cambios, lo
más probable es que usted no esté valorando el estudio de la Palabra de Dios. Una vida espiritual descuidada y enclenque es
resultado de una Biblia descuidada. Santiago 1.18 dice que «Él, de su
voluntad nos hizo nacer por la palabra de verdad…». No importa cuántos años
tengamos como creyentes, sino estudiamos la Palabra de Dios, nos perdemos la
oportunidad de que ella cambie nuestras vidas.
Este es el primer beneficio del estudio
bíblico que podemos encontrar según el pasaje de este Salmos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario