Cansado
de no tener respuesta comenzó a construir una pequeña cabaña para protegerse y
guardar sus pocas posesiones. Un día, luego de haber ido a buscar comida,
regresó y encontró su pequeño rancho envuelto en llamas de fuego. Logró apagar
el incendio y aunque lo peor había pasado, todas sus cosas se habían perdido. Inmerso en la más profunda confusión y desesperación el hombre desató su ira contra Dios: ― ¿Cómo pudiste hacerme esto? ― gritaba mientras lloraba de impotencia.
Agobiado
y desconsolado, se quedó dormido sobre la arena. De pronto el sonido de la
sirena de un barco que se acercaba a la isla lo despertó. Venían a rescatarlo.
Cuando llegó a la cubierta del barco, preguntó: ― ¿Cómo sabían que estaba aquí? ― Sus salvadores algo extrañados le contestaron: ― Porque vimos las señales de
humo que nos hiciste ―
Muchas veces
la desesperación suele nublar nuestra visión con respecto a la respuesta de
Dios a nuestras oraciones. Esto sucede porque queremos que Dios actúe en nuestro
tiempo y en nuestros términos. Sin embargo, el hecho de que Dios no conteste según
nuestra perspectiva, no significa que Él no responderá. Dios nunca llega tarde por
casualidad. Él está trabajando en el silencio y responderá en el tiempo
correcto, no antes ni después; sino en el momento exacto. El calendario de Dios
no es el calendario nuestro, y sus planes no siempre coinciden con los planes
que tenemos. Según nuestra perspectiva, Dios está tardando demasiado, pero
recuerde: El tiempo de Dios es perfecto. Por lo tanto, espere las promesas
divinas con anticipación y no con preocupación.
David escribió
un salmo que nos enseña a esperar en Dios en medio de nuestra desesperación. El
escribió diciendo:
Pacientemente
esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de
la desesperación… Salmos 40.1.2.
Hay
acontecimientos en nuestra vida que solo Dios puede ocasionarlos. Generalmente
estos acontecimientos llevan tiempo y es ese tiempo donde nos llenamos de
ansiedad y frustración. Lo mejor que podemos hacer en ese tiempo es llevar toda
nuestra ansiedad y nuestros reclamos ante su presencia. Él tiene paciencia para
escucharnos y soportarnos. Pero por favor, esperemos en Él. Como buen amigo,
Dios no ha cancelado nuestros sueños, simplemente ha escogido un tiempo mejor.
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