Un día Tara y Todd decidieron escuchar el
corazón de su hija, así que tomaron un avión desde Dallas a Phoneis y fueron a
casa de Patricia con el solo propósito de escuchar el palpitar del corazón de
su finada hija. Patricia ofreció un estetoscopio a Tara y a Todd. Cuando escucharon
el ritmo vigoroso se emocionaron hasta las lágrimas, pues estaban escuchando el
palpitar del corazón de su hija aun cuando aquel corazón estaba en un cuerpo diferente.
La experiencia del Nuevo Nacimiento es
algo muy similar a una operación quirúrgica. «Os daré corazón nuevo, y pondré
espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra, y os daré un corazón de carne. Y
pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y
guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra» (Ezequiel 36.26-27 RV60). Dios como cirujano cardiólogo nos abre el pecho
y retira el corazón pecaminoso cargado de orgullo, dolor, vanidad, lujuria y lo
reemplaza por el corazón puro de su Hijo Jesús. Cada vez que Dios escucha los
corazones de quienes han experimentado el Nuevo Nacimiento, escucha el palpitar
del corazón de su Hijo. El apóstol Pablo expresó esta idea cuando dijo: «…Ya no
vivo yo, más vive Cristo en mi…» (Gálatas
2.20).
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