Cuando
Helen Hayes (actriz anglo –estadounidense,
1900-1993), cocinó por primera vez un pavo para la cena del Día de Acción de
Gracias, antes de servirlo le dijo a su esposo e hijo: «este es el primer pavo
que cocino, si no les gusta, no quiero que nadie diga una sola palabra. Nos levantamos
de la mesa, sin comentarios, y salimos a comer a un restaurante». Helen fue a la cocina y regresó al comedor con
el pavo. Allí encontró a su esposo e hijo sentados en la mesa, con sus abrigos y
sombreros puestos, listos para salir.
La mayor razón por la que la gente suele
fracasar es porque espera anticipadamente el fracaso, es decir vaticinan sus desgracias
con anticipación. Al parecer, el patriarca Job, durante los momentos más críticos
de su vida pasó por esta situación y dijo: «Porque el temor que me espantaba me
ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía» (Job 3.25 RV60).
Es humanamente compresible el hecho de pronosticar
mentalmente que las cosas no nos van a salir bien, especialmente cuando una y
otra vez lo hemos estado intentado. Pretender comenzar algo nuevo después de un
fracaso siempre produce cierta dosis de temor y de incertidumbre. Sin embargo, debemos
hacer lo posible por no dejar que vaticinios mentales negativos nos dominen, pues
de lo contrario quedaremos convertidos en personas pasivas y carentes de fe que se han
resignado a una vida carente de significado.
Para fortuna nuestra la invitación de
Dios para una vida abrumada por los fracasos y la consternación, es poner nuestra confianza en él.
Confía en Jehová, y haz el bien;… Deléitate asimismo
en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová
tu camino, Y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu
derecho como el mediodía. Salmos 37.3-6.
No sé qué pensamientos
tiene en estos momentos con respecto a su salud, finanzas, familia, matrimonio
o trabajo; quizás la incertidumbre está saturando su mente con pronósticos negativos
respecto a estas áreas de su vida ¿por qué no entrega esos pensamientos en las
manos del Señor y comienza a confiar en Él? Si sus pensamientos pronostican lo
peor de su vida, los pensamientos de Dios son esperanzadores. Cuando los judíos
fracasaron en su relación con Dios, y estaban sumergidos en sus lamentos a raíz
de sus fallas; Dios les invitó a confiar en Él. Dios les dijo: «…yo se los planes que tengo
para ustedes…Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro
y una esperanza» (Jeremías 29. 11 NTV).
La gran razón para dejar de pensar en lo peor
y esperar lo mejor, es porque los planes de Dios para nuestra vida son buenos, están
llenos de futuro y esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario