lunes, 19 de noviembre de 2018

NO MIRANDO LAS COSAS QUE SE VEN, SINO LAS QUE NO SE VEN



Después de haber dedicado una buena parte de su vida al trabajo misionero, y habiendo llegado el tiempo de su jubilación; un misionero norteamericano tomando una embarcación, decidió regresar a su país de origen. Para su sorpresa, en el mismo barco que este misionero viajaba, también lo hacía el presidente de su país. Habiendo llegado el barco a su destino, una enorme multitud, una banda militar, una alfombra roja, pancartas y la atención de los medio de comunicación le dieron la bienvenida al presidente. Un sentimiento de lástima para consigo mismo invadió el corazón del misionero al verse que desembarcaba sin notoriedad alguna. Con cierto resentimiento en su interior comenzó a quejarse contra Dios por tal situación. De pronto, escuchó la voz de Dios que, con ternura le dijo: « ¿Por qué te pones triste hijo mío, si tú todavía aún no has llegado a casa?».
Algo similar sucede en la vida cristiana.  Cuando el creyente  coloca su mirada en las cosas terrenales, pierde la perspectiva de las cosas eternas. Concentrar  nuestros ojos en las cosas terrenales, produce una amnesia  espiritual que hace que olvidemos lo eterno y vivimos afanados por lo terrenal. El apóstol Pablo aconsejó a la iglesia de los corintios a no desviar su mirada de las cosas eternas. Observe las palabras que escribió: «No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas» 2 Corintios 4.18 (RV-1960).
¿Ha visto usted a una mujer embrazada? ¿Se ha fijado en la clase de actitud que tiene para con él bebé que lleva dentro de su vientre? Observe como su comportamiento gira alrededor del bebé. Su dinero, sus conversaciones, sus comidas, sus intereses y aún sus relaciones giran alrededor del bebé que no ha visto ni ha tocado. ¿Por qué sucede esto en una madre que gesta? Porque en comparación con otros asuntos de la vida, su atención está puesta en aquello que para ella tiene mucho valor, mucho significado. Aunque ni siquiera haya visto a aquel pequeño ser. El reconocido pastor Rick Warren escribió: «Cuando vives a la luz de la eternidad, tus valores cambian...De repente muchas de las actividades, metas e incluso problemas que parecían muy importantes se tornan triviales, pequeños e insignificantes, como para que les prestes atención. Cuanto más te acercas a Dios, más pequeñas se ven las cosasde este mundo». 
Dios llama constantemente nuestra atención para enfocar nuestra mirada en las cosas eternas. Y lo hace haciéndonos saber, que este mundo es efímero y fugaz comparado con el hogar eterno que nos ofrece.
«Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.» (Hebreos 13.14)
«Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.» (1 Juan 2.17)
«Y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa.» (1 Corintios 7.31)

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