Aprenda a
definir lo que significa “ganar”
¿Qué tan importante es para una
organización saber y sentir que está ganando? Es tan importante porque
determinará el grado o nivel de optimismo que las personas experimenten en la organización. Permítame compartir la
siguiente verdad: “Todos quieren ser parte del equipo ganador. Pero lo inverso
es también verdad: la gente tiende a no venir cuando una organización no gana”.[1]
Tenga mucho cuidado cuando comienza a notar que los clientes no están llegando
a su negocio, cuando los bancos de si iglesia están quedando vacíos. Si esto
sucede es señal de que su organización está perdiendo brillo.
Una de las cosas sabias que un
líder debe hacer es definir qué
significa para su organización “ganar”. Posiblemente muchos líderes y sus
iglesias tiendan a definir el éxito de sus organizaciones en términos de
asistencia y de acumulación de dinero. Otros tal vez midan su progreso en términos de infraestructura y
adquisiciones. Estas pueden ser señales de cierto grado de salud
organizacional; sin embargo, no necesariamente aquello determine que su
iglesia está realmente progresando o
ganando.
Porque no medir el éxito o la
victoria de nuestras iglesias a través de las siguientes observaciones:
·
¿Nuestros
miembros invitan a sus amigos y familiares a nuestras reuniones?
·
¿Nuestros
miembros dan su dinero (ofrendas y diezmos) solo por una mera responsabilidad
que cumplir o porque son conscientes de la necesidad y de la visión de la
iglesia?
·
¿Nuestros
líderes dirigen con efectividad sus grupos pequeños (células)? ¿se conectan con
las personas? ¿las personas tienen entusiasmo de reunirse en un grupo pequeño?
·
¿Las
enseñanzas y sermones que oyen nuestros miembros les ayuda a cambiar sus vidas?
Cuando el
líder o pastor clarifica lo que significa ganar (progresar o tener éxito) está
definiendo lo que realmente es importante para su organización. Pero clarificar la victoria también
le da las pautas para saber en dónde
está y cuanto le falta para llegar (en otras palabras clarificar lo que
significa ganar le ayuda a entender lo que realmente está sucediendo en su
organización).
¿Qué sucede
cuando no se clarifica el objetivo de la organización?
1.
La gente estará adivinando cual es la meta. Si no define con precisión lo que su iglesia
u organización quiere alcanzar,
posiblemente las personas (especialmente los que lideran algún departamento o
ministerio) vayan en direcciones diferentes, creando así pues una confusión de
objetivos.
2.
Las personas trabajaran sin un fin en mente. Probablemente aquellos que forman parte de su equipo elaboren una lista de
actividades y se pongan a trabajar en función de aquella lista pero sin que les
conduzca a lograr algo significativo.
3.
Posiblemente
las personas con don del liderazgo traerán sus propias metas a la
organización. Andy
Stanley explica muy bien este punto al decir:
…cuando a un líder fuerte no se le da una
dirección clara, se le da permiso para ir en cualquier dirección que le parezca
correcta. Si no define con sus líderes que es ganar, ellos lo definirán.
¿Porque? ¡Porque son líderes y están
acostumbrados a ganar! No toma mucho tiempo para los lideres hacerse cargo de
la clase, comenzar un nuevo programa, empezar un ministerio innovador y hacer
que un multitud los siga. Puede ser que solo estén diez grados fuera del
camino, pero dado el tiempo suficiente, perderán el camino por kilómetros. No
es que intencionalmente sean desafiantes o difíciles; en realidad, son líderes.
Pero un sinnúmero de ellos han saboteado inocentemente su iglesia por liderar a
su gente en la dirección incorrecta. Y en esa organización la falta yace no
definir y clarificar cual es el objetivo.[2]
Clarificar el objetivo o meta no solo le
evitara que los líderes con mayor influencia cambien la ruta, sino que además,
le permitirá que los fieles miembros de la iglesia alerten al pastor del desvío
que los líderes fuertes están tomando. O en algunos casos estos miembros
pondrán un alto a este tipo de líderes.
4.
La organización entrará en un estado de pasividad o de actividad
infructuosa. Ante la ausencia de una meta clara, los
miembros suelen adoptar una conducta
holgazana. Se limitaran a asistir
a las reuniones, entonaran unos cánticos, escucharan displicentemente un sermón
e irse luego a sus casas. Otro caso que puede darse, es que se ocupen en
demasiadas actividades que no den los resultados que efectivamente se esperan (todo movimiento
no significa progreso).
¿Qué sucede
cuando el líder clarifica el objetivo de la organización?
1.
Permite que la organización se mantenga
enfocada en lo que realmente se quiere lograr. Un objetivo claramente definido le dará la
posibilidad de direccionar las actividades de su organización. No caerá en la
trampa de hacer simplemente actividades por hacer, sino que le ayudará a
evaluar dichas actividades para ver si realmente estas están alineadas con las
metas principales que se quieren alcanzar.
2.
Administra
los recursos de la organización más eficazmente. Sobre todo cuando las iglesias están en
formación, este principio les ayudará a superar la tensión que produce la
escasez de recursos financieros. Los líderes han de ser sabios para que cada
centavo de la caja que sus miembros aportan
sean usado en pro de las metas establecidas.
3.
Las posibilidades de ganar se incrementan. Solo sabrá si está llegando a su destino, si
sabe reamente a dónde quiere llegar. Cuando las metas se han establecido
nítidamente, las posibilidades que la organización alcance el éxito crecen, y
cuando los logros saltan a la vista el entusiasmo se eleva. Así que, establezca
la meta con claridad, luego ponga todo el empeño con su equipo por lograr sus metas, lo cual es el
equivalente a ganar. Así que, procure a toda costa ganar, ganar y ganar. ¿Por
qué? porque… “Ganar motiva a un equipo. Mientras ganan, la gente les dará su
dinero y sus corazones”. [3]
Además usted como líder verá a las personas de su organización trabajar con más entusiasmo, con menos
negativismo, creerán en su liderazgo y permanecerán comprometidos.
Es posible que a estas alturas de
su liderazgo, usted y su organización estén
faltos de victorias. Nada aleja más a las personas de una organización o
negocio, cuando ellas experimentan que no están ganando. Si su iglesia u
organización ha perdido el brillo y ha
comenzado a observar los asientos vacíos, es hora de proponerse a ganar
victorias. ¿Cómo se gana victorias en una organización? Planteándose objetivos
claros.
¿Cómo
implementar un objetivo claro en la organización?
1.
Resuma el objetivo o meta en una frase simple.
Por ejemplo: “Este año nos
proponemos ganar 48 nuevos miembros para nuestra iglesia”.
2.
Observe que el objetivo sea medible. Si se plantea un objetivo no específico tanto
en cantidad como en tiempo, usted no podrá medirlo. Un mal ejemplo sería: “Nos
proponemos alcanzar todo Guadalupe para Cristo”. Una meta específica sería así: “Este año 2013
nos proponemos lograr la conversión de 48 personas”. Obsérvese que la meta
describe la cantidad de personas y el tiempo en que se piensa lograr.
3. Seleccione, capacite
e involucre a las personas idóneas para dicho
objetivo.
4.
Recuerde a su personal constantemente el objetivo.
Las personas tienden a olvidar lo
que se les dijo al comenzar el trabajo y suelen también distraerse o preocuparse por temas
secundarios, para evitar esto; el líder ha de recordar permanentemente el
objetivo planteado. Andy Stanley lo explica así:
…la
comunicación es la llave para ganar. Los buenos equipos se comunican en cada
jugada del partido, así que todos saben lo que deben hacer en todo momento […]
Cuanto más consistentes éramos en comunicar el objetivo para cada programa y
departamento, más fácil era mantener nuestros líderes y voluntarios alejados de
excusas involuntarias. Lo que sea que estemos usando como indicador de tantos,
necesita estar constantemente a la vista de nuestros líderes. [4]
Algunas de las maneras en las que su
organización pueda recordar el objetivo planteado podrían ser:
·
Carteles
creativos
·
Videos
·
Anuncios
públicos
·
Slogans
colocados en lugares estratégicos
5.
Reúnase periódicamente para evaluar como el
objetivo se está logrando. Una de las
cosas que se puede hacer con el objetivo
planteado, es fraccionar el tiempo y la cantidad de dicho objetivo. Por ejemplo
si la meta es lograr la conversión de 48 personas en al año 2013, una forma de
fraccionar el objetivo o meta anual
sería proponerse en lograr la conversión de cuatro personas al mes. Esto
le permitiría al líder principal
(pastor) y a su equipo evaluar al mes si
se está o no logrando la meta del año.
APLICACION
Use esta actividad para mejorar
su trabajo en la organización
1.
Defina qué
significa para usted que su iglesia está alcanzando el éxito
2.
Cuál es el
grado de optimismo actual de su iglesia
3.
En qué
áreas o ministerio necesita clarificar
el objetivo de su organización
4.
Que líderes
o personas estratégicamente necesitan conocer el objetivo o la meta anual de la
organización
5.
Está su meta
claramente definida
6.
Es su
objetivo o meta medible
7.
Como
piensa recordar el objetivo de su
organización a sus líderes
8.
Cada que
tiempo evaluará si se está o no logrando la meta u objetivo planteado.
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