miércoles, 28 de enero de 2015

SOLO LLEGAMOS A CONOCER EL MISTERIO DEL HOMBRE POR MEDIO DE JESUCRISTO

Hebreos 1.1 y 2 dice: « Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,  en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,…».
El versículo pone en manifiesto que Jesucristo es el perfecto y definitivo revelador de los misterios de Dios. Entre estos misterios, el misterio del hombre.

Permítame compartirles, tres revelaciones  con respecto al misterio del hombre.

1.      EL HOMBRE, COMO TODAS LAS DEMÁS COSAS, FUE CREADO POR MEDIO DEL VERBO (JESUCRISTO).

 «Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho»
 Juan  1.3.

«Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él».
Colosenses 1.16

2.      A DIFERENCIA DE LAS DEMÁS COSAS, EL HOMBRE FUE HECHO A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS. Como ser personal, el hombre es capaz de pensar y de expresar en palabras sus conceptos.

3.      EN TODO SER HUMANO HAY UNA IMAGEN DE CRISTO. Sin embargo, dicha imagen está deteriorada a raíz del pecado original, pero puede ser restaurada por la obra de la cruz. Esa es la razón por la que Pablo escribió, diciendo: «…y revestido del nuevo (hombre), el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno».  Colosenses 3.10

¿Qué es el hombre? ¿Cuál es su verdadero origen? ¿Cuáles son las  cualidades originales de su existencia? Las respuestas a estas interrogantes las podemos descubrir observando lo que la palabra de Dios nos declara acera del comportamiento de  nuestro señor Jesús, el Hombre por excelencia.

Tal vez usted ha llegado a concluir que el hombre es un ser irremediable, que está lejos de convertirse en el hombre ideal. Sin embargo, por medio de la palabra  de Dios, sabemos que solo a través de Jesucristo; el hombre puede recuperar su condición y grandeza original. 




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