viernes, 23 de enero de 2015

EL APÓSTOL PABLO COMO CONSOLIDADOR


A.    Mostraba ternura al cuidar a los creyentes
       En 1 de Tesalonicenses 2.7, Pablo compara el cuidado que tuvo para con los hermanos de Tesalónica, semejante al de una madre. Observemos: “Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos”. El versículo bíblico, revela que el ministerio que ejerció Pablo con los creyentes de aquella iglesia se caracterizó por un tierno cuidado de su rebaño.
       Un consolidador eficaz ha de tomar el modelo de este ilustre apóstol, y cultivar un espíritu de ternura casi maternal. Precisamente esa no es la imagen inicial de Pablo en la Biblia; sin embargo, de ser el despiadado perseguidor y hostigador cruel de los cristianos, Pablo fue transformado por el poder de Cristo. El consolidador que realmente ha tenido una experiencia con Dios en su vida `por medio de Jesús, ha de expresar amor y ternura hacia los creyentes en formación como lo hizo Pablo.  

B.     Era cariñoso
       “Así también les tenemos a ustedes tanto cariño que hubiéramos deseado darles, no solo el evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias vidas. ¡Tanto hemos llegado a quererlos!”   1 Tesalonicenses 2.8 (Versión Dios Habla Hoy).
       El pasaje bíblico apoya no solamente esta segunda división del presente capitulo, sino además, todo lo que he sostenido acerca de la importancia de las relaciones en el trabajo de la consolidación. Para Pablo tratar con los creyentes, no solo comprendía entregar una buena enseñanza o la explicación notable de una serie de doctrinas; también envolvía entregar cariño. La expresión: ¡Tanto hemos llegado a quererlos!, solo pudiera haber salido de un líder que realmente percibe  que las personas no únicamente  están para ser adiestradas en la palabra de Dios, sino también para ser amadas. Creo que esto es urgente que los consolidadores aprendamos de una buena vez.

C.    Era condescendiente ante la insolvencia de los demás
       “Hermanos, ustedes se acuerdan como trabajábamos y luchábamos para ganarnos la vida. Trabajábamos día y noche, a fin de no ser una carga para ninguno de ustedes mientras  les anunciábamos el mensaje de Dios”.
1 Tesalonicenses 2.9 (Versión Dios Habla Hoy).
       Charles Swindoll comenta al respecto: “Los tiempos eran difíciles. Tesalónica no tenía una economía fuerte y vibrante como la de Corintio. Allí la gente era extremadamente pobre. Pablo escribió: “Sabiendo lo difícil que eso era para ustedes, corrí con mis gastos. Me gane la vida trabajando””.[1]
       Pablo enseña al consolidador a tener cuidado de no ser una carga para los nuevos creyentes. El eficaz consolidador da un ejemplo de ser generoso y trabajador en vez de ser gravoso y pedigüeño con los creyentes.

D.    Era irreprensible
       “Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuan santa, justa e irreprensiblemente nos comportábamos con vosotros los creyentes”.
1 Tesalonicenses 2.10
       El pasaje nos demuestra otra cualidad de este extraordinario pastor, maestro y líder del NT. Irreprensible, es decir los hermanos de Tesalónica no tenían nada de que reprocharle, nada de que amonestarle. Por eso que este apóstol causó  un gran impacto en el corazón de los creyentes de aquel tiempo, y lo causaran también hoy, aquellos que consolidan a los creyentes si exponen una conducta íntegra y decente.

       Claudio Freidzon, en su curso “Consolidación”, dijo: “Lo único que nos quita autoridad y el respaldo de Dios es el pecado oculto”.[2] El consolidador estará lleno de autoridad, si está resuelto a llevar una vida santa, justa e irreprensible. 

E.     Era motivador
       “También saben que los hemos animado y consolado a cada uno de ustedes, como hace un padre con sus hijos”.                                                           
                                                              1 Tesalonicenses 2.11 (Versión Dios Habla Hoy)
       Pablo entendía el valor que tenía el estímulo entusiasta. Eso motivaba a los creyentes a vivir una vida mejor. No simplemente Pablo llegaba y daba una cátedra del evangelio, sino que además daba aliento a los hermanos, estimulaba y daba consuelo. El consolidador debe entender que los creyentes pasaran por momentos críticos en sus vidas y que necesitarán aliento. Las tormentas de la vida golpearan en ocasiones sus finanzas, sus matrimonios, su vida espiritual, su salud; el consolidador ha de traer palabras de aliento, de consuelo y de estímulo que alivien el alma y el espíritu de las personas en formación.
       Además, las cualidades de Pablo manifiestas en esta epístola, aplicadas en la consolidación; le permitirán al líder  lograr que los creyentes se comporten como “dignos miembros del reino y de la gloria de Dios”. 2 Tesalonicenses 2.12.



[1] Charles Swindoll. Pablo, Un Hombre de Gracia y Firmeza. Alabama, TX.EE.UU. Editorial Mundo Hispano 2002. Pág. 262
[2]  Claudio Freidzon. Op. Cit., Pág.26

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