El
Salmos 78.72, ilustra notablemente dos áreas fundamentales que le distinguieron
a David como rey. Observemos: “Y los
apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia
de sus manos”
En la Nueva Versión Internacional
(NVI) dice así: “Y David los pastoreó con corazón sincero; con mano experta
los dirigió”.
En la versión Dios Habla Hoy dice: “Y David cuidó del pueblo de Dios; los cuidó y los dirigió
con mano hábil y corazón sincero”.
La forma como pastoreó, cuidó, apacentó
o dirigió David a Israel, que
encontramos en el texto bíblico;
describe dos áreas importantes en el cuidado de los nuevos creyentes: carácter y competencia. Y son en estas
dos áreas que el consolidador debe esforzarse por crecer continuamente.
A. Autocrecimiento
en el área del CARÁCTER
El trabajo de la consolidación requiere
autoridad moral. Bill Hybels sostiene: “Los
seguidores solo confiaran en los lideres que exhiben los más altos niveles de integridad.
La gente no seguirá por mucho tiempo a
un líder con incongruencias morales. Cada vez que usted compromete el carácter,
usted compromete el liderazgo”.[1]
Para que un consolidador llegue a ser eficaz, tiene que asumir con gran
responsabilidad el hecho de revelar en todo momento un nivel alto de autoridad moral. Y para que
aquello suceda el consolidador deberá esforzarse en crecer en todo lo que a su
carácter concierne.
A continuación adiciono en mi monografía
las recomendaciones que John Maxwell propone para mejorar en el área del carácter:
[2]
· Busca las grietas.
Pasa algún tiempo reflexionando sobre las principales áreas de tu vida
(trabajo, matrimonio, familia, servicio, etc.), identifica cualquier aspecto
que hayas pasado por alto y en el que hayas transigido o que no hayas cumplido
con la gente. Anota cada caso que puedas recordar durante los dos últimos
meses.
· Busca patrones.
Examina la respuesta que acabas de escribir. ¿Hay alguna área en particular
donde tengas una debilidad o tengas algún tipo de problema que sea recurrente?
Los patrones detectables te ayudarán a diagnosticar asuntos de carácter.
· Afronta las consecuencias.
El comienzo de la reparación del carácter viene cuando enfrentas tus defectos,
te disculpas y tratas con las consecuencias de tus acciones. Haz una lista de
las personas con las que necesitas disculparte por tus acciones, y hazlo con
sinceridad.
· Reconstruye.
Una cosa es afrontar tus acciones pasadas, otra es construir un nuevo futuro.
Ahora que has identificado las áreas de debilidad, formula un plan que te
prevenga de volver a cometer los mismos errores.
B. Autocrecimiento
en el área de la COMPETENCIA
Otra área donde un consolidador deberá
enfocarse para alcanzar ser eficiente, es la de la competencia. Esta área tiene que ver con su habilidad, aptitud, destreza,
técnicas y metodologías en cuanto a su trabajo como consolidador. Entre los
elementos básicos que un consolidador deber enfocar en su crecimiento competitivo
tenemos:
1.
Autoridad espiritual. La
autoridad espiritual viene como
resultado de su relación con Dios. Joel Comiskey dice: “los mejores asesores son aquellos que pasan parte de su tiempo en la
presencia de Dios, teniendo así una nueva visión para ofrecer a sus líderes”.[3]
Lo que Comiskey dice con respecto a los asesores de grupos celulares, también
se aplica a los que realizan la consolidación.
2. Autoridad bíblica. Para
que el consolidador alcance tener autoridad bíblica, debe ser un estudiante
apasionado de la Palabra de Dios. El apóstol Pablo, de quien se cree que
consolidó a Timoteo, en su segunda carta le escribe diciendo: “Haz todo lo posible por presentarte delante
de Dios como un trabajador aprobado que no tiene de que avergonzarse, que
enseña debidamente el mensaje de la verdad”. 2 Timoteo 2.15 (Versión Dios
Habla Hoy). Es el mismo consejo que Pablo les daría a todo los que se han
comprometido con el trabajo de la consolidación.
3.
Consolidación
o discipulado. El consolidador haría bien en
elevar su nivel de aprendizaje referente a este asunto, accediendo a libros,
artículos, conferencias, y a personas de mayor experiencia en el campo de la
consolidación o discipulado.
4.
Consejería.
La consejería es otro de los terrenos que un
consolidador debe tomar en cuenta en su autocrecimiento. Si el que consolida
aprende a manejar el arte de la consejería, elevara su nivel de competencia, y
sobre todo se convertirá en una gran
ayuda para los nuevos creyentes que consolida.
5.
Comunicación.
La verdad bíblica que un consolidador transmite debe
cambiar las acciones de sus oyentes, para que esto acontezca el consolidador
debe ser un buen comunicador. Los buenos comunicadores son claros y precisos, y
saben llegar a las personas con el poder de las palabras; este posiblemente sea
uno de los grandes problemas de los que enseñamos la Biblia. Alcanzar ser
eficaz en este plano equivale a que el consolidador asuma responsablemente la
tarea de aprender y mejorar su habilidad
de comunicador.
Sugiero en este asunto que el
consolidador busque ayuda a través de libros, artículos, videos, audios sobre
grandes comunicadores. En el campo cristiano existen reconocidos hombres de Dios
que se han destacado y algunos que destacan aun por ser grandes comunicadores. Entre ellos: Charles H. Spurgeon, John Wesley, Samuel Vila,
Charles Swindoll, John MacArthur, Haddon Robinson. Entre
los hispanoamericanos tenemos a Dante Gebel, Carlos Anacondia, Luis Palau,
Alberto Motessi y algunos más.
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