martes, 23 de octubre de 2018

EL PROCESO ENGAÑOSO Y DECEPCIONANTE DE LA TENTACIÓN



Quien quiera que haya dicho que «una vida resistiendo tentaciones es una vida desperdiciada», posiblemente no tuvo mucho tiempo para reflexionar en las verdaderas secuelas que traen el hecho de ceder a los caprichos sensuales de nuestra naturaleza humana. Vivir la vida bajo la insidiosa filosofía que dice que «no tienes que tocar la puerta, simplemente entrar»; generalmente conduce a la angustiosa decepción más que a la anhelada plenitud.   A.W. Tozer, acertó la tendencia que posee la gente con respecto a los impulsos de sus deseos cuando dijo: «Los hombres piensan del mundo no como un campo de batalla, sino como un campo de juegos. [Las personas creen que] no estamos aquí para pelear, sino para retozar. . . por lo tanto, lo mejor que podemos hacer es librarnos de nuestras inhibiciones y frustraciones y vivir esta vida a plenitud». El mundo equivocadamente supone que el disfrute de la vida se halla en el dulce néctar de la satisfacción de los deseos carnales; sin embargo, la Biblia enseña que la tentación sigue un proceso de engaño y desilusión.
 … cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte. Mis queridos hermanos, no se engañen. Santiago 1.14-16 NVI.
¿Se dio cuenta que la tentación es un proceso finalmente decepcionante?  Conozcamos como se da este proceso. Rick Warren, en su distinguida obra Una vida con Propósito,  señala que la tentación sigue un proceso de cuatro pasos, los mismos que Satanás usó tanto con Adán y Eva como también con Jesús.[1] Siguiendo la propuesta de Warren, se explica el proceso de la tentación en cuatro fases
Fase 1: Satanás identificará un deseo del corazón.  Puede ser un deseo pecaminoso, como el de venganza o de manipular a otros, o puede ser uno legítimo y normal, como el deseo de ser amado y valorado o de sentir placer. La tentación empieza cuando Satanás te sugiere (con un pensamiento) que cedas a un deseo malo o que se cumpla un deseo legítimo de manera equivocada o en el momento errado. La tentación siempre empieza en nuestro interior.  Marcos 7.21-23; Santiago 1.14-16.
Fase 2: Satanás intentará sembrar  la duda. Tratará  de conseguir que dudes de lo que Dios ha dicho sorbe el pecado.  ¿Es realmente malo? ¿Es verdad que Dios dijo que no lo hagas? ¿No será que Dios dio esta prohibición para otra persona o para otra época? ¿Acaso Dios no quiere que yo sea feliz? La Biblia advierte: “Mirad, hermanos que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo”. Hebreos 3.12.
Fase 3: Usará el engaño. La Biblia llama a Satanás “el Padre de mentiras”. Cualquier cosa que te diga será falsa o simplemente una verdad a medias. Satanás ofrece su mentira para reemplazar lo que Dios ya ha dicho en su Palabra. Satanás dice: “No morirás. Serás tan sabio, como Dios. Puedes salirte con la tuya. Nadie lo sabrá. Resolverás tus problemas. Además, todos lo hacen. Sólo es un pecado pequeño”. Pero un pecado pequeño es como estar “un poco embarazada”: finalmente quedará en evidencia.
Fase 4: Insinuará hacia la desobediencia. Al final te comportarás de acuerdo con lo que estuviste maquinando en tu mente. Lo que comenzó como una idea al fin sale a luz en la conducta. Cedes ante lo que capte tu atención. Crees las mentiras de Satanás y caes en la trampa de la que te advierte Santiago: «… cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte».




[1]  Rick Warren, Una vida con propósito (Miami, Florida: Editorial Vida, 2003), 203.

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