miércoles, 10 de octubre de 2018

LA CUSTODIA DEL CORAZÓN



Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Proverbios 4.23 (RV60)

Zig Ziglar cuenta que dos hermanos adolescentes tenían un pedido que hacerle a su padre, pues deseaban ver una película popular. Había algunos elementos en la película que ameritaban que estuviera incluida en una categoría no apta para todo público. Pero los muchachos creían que esas cosas negativas se compensaban con la importancia de la historia y  la calidad de los actores. Le rogaron a  su padre que flexibilizara sus estándares por una vez. Entonces lo prometió que lo pensaría.
A la noche siguiente los tres se sentaron para discutir la película y el padre trajo una bandeja con unos pasteles de chocolate. ¿Saben? –Les dijo-, siempre usamos los mejores ingredientes para hornear los pasteles: los huevos, el chocolate, la harina, la leche y las nueces. Sírvanse todo lo que quieran, pero tengo que decirles que esta vez flexibilicé un poco mis estándares e incorporé (muy poco en realidad) estiércol de perro. Pero no dejen  de probarlo por eso. Sírvanse. Por supuesto que nadie toco los pasteles.[1] Aunque la cantidad de estiércol era muy reducida, causó el rechazo total de aquel pastel y nadie se atrevió  llevar a la boca siquiera un pedazo de ella.
Imagínese lo que sucedería  si le prestáramos atención a cada alimento que digiere nuestra mente. «La mente es un órgano hambriento y tomará cualquier cosa que le demos.»[2]. Por esa razón Salomón dijo: «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida». Proverbios 4.23.
 El verbo guardar de este pasaje deriva del verbo hebreo natzar. Literalmente describe la actividad de un guardia en una torre de vigilancia cuya tarea es observar continuamente el horizonte para avisar en caso de que vea ejércitos enemigos.[3]  Nuestra responsabilidad es custodiarla diligentemente  ante la sutil entrada de cualquier cosa que la ponga en peligro. 
Si bajamos la guardia y flexibilizamos los estándares dando licencia para que ciertos programas de Tv., películas, lecturas o imágenes inmorales ingresen por las puertas de nuestra mente; no pasará mucho tiempo para que nuestros corazones queden atrapados en la inmundicia y esclavitud de aquellas cosas que un día  detestábamos. El hecho que una película o programa de Tv., no califique en la categoría de "pornográfico", no significa que no contenga cuadros o fases que atenten contra la moral y que no tengamos que estar alerta a ello y rechazarla.
He tomado prestada las palabras de Zig Ziglar para culminar el presente escrito. Por favor léalas y reflexione junto conmigo: «La mente es un órgano hambriento y tomará cualquier cosa que le demos. Necesitamos darle el alimento que Dios quiere para que prospere. No se puede arrojar basura a un pozo de agua y esperar que este sea potable. No se puede alimentar la mente de basura inmoral y esperar que la vida sea buena, limpia, pura poderosa y motivada»[4].



[1] Zig Ziglar, ¡Más que bien! (Miami, Florida: Editorial Vida, 2007), 65.

[2] Ibid.

[3] Charles Swindoll, Viviendo los Proverbios (Alabama, El Paso Tex: Editorial Mundo Hispano), 56.

[4] Ziglar, 66.

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