Sobre
toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Proverbios 4.23 (RV60)
Zig Ziglar cuenta que dos hermanos
adolescentes tenían un pedido que hacerle a su padre, pues deseaban ver una
película popular. Había algunos elementos en la película que ameritaban que
estuviera incluida en una categoría no apta para todo público. Pero los
muchachos creían que esas cosas negativas se compensaban con la importancia de
la historia y la calidad de los actores.
Le rogaron a su padre que flexibilizara
sus estándares por una vez. Entonces lo prometió que lo pensaría.
A la noche siguiente los tres se
sentaron para discutir la película y el padre trajo una bandeja con unos
pasteles de chocolate. ¿Saben? –Les dijo-, siempre usamos los mejores
ingredientes para hornear los pasteles: los huevos, el chocolate, la harina, la
leche y las nueces. Sírvanse todo lo que quieran, pero tengo que decirles que
esta vez flexibilicé un poco mis estándares e incorporé (muy poco en realidad)
estiércol de perro. Pero no dejen de
probarlo por eso. Sírvanse. Por supuesto que nadie toco los pasteles.[1] Aunque
la cantidad de estiércol era muy reducida, causó el rechazo total de aquel pastel
y nadie se atrevió llevar a la boca
siquiera un pedazo de ella.
Imagínese
lo que sucedería si le prestáramos atención a cada alimento que digiere nuestra mente. «La mente es un
órgano hambriento y tomará cualquier cosa que le demos.»[2].
Por esa razón Salomón dijo: «Sobre toda
cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida». Proverbios 4.23.
El
verbo guardar de este pasaje deriva del
verbo hebreo natzar. Literalmente describe
la actividad de un guardia en una torre de vigilancia cuya tarea es observar continuamente
el horizonte para avisar en caso de que vea ejércitos enemigos.[3] Nuestra responsabilidad es custodiarla diligentemente ante la sutil entrada de cualquier cosa que
la ponga en peligro.
Si bajamos la guardia y flexibilizamos
los estándares dando licencia para que ciertos programas de Tv., películas,
lecturas o imágenes inmorales ingresen por las puertas de nuestra mente; no
pasará mucho tiempo para que nuestros corazones queden atrapados en la
inmundicia y esclavitud de aquellas cosas que un día detestábamos. El hecho que una película o
programa de Tv., no califique en la categoría de "pornográfico", no
significa que no contenga cuadros o fases que atenten contra la moral y que no
tengamos que estar alerta a ello y rechazarla.
He tomado prestada las palabras de Zig
Ziglar para culminar el presente escrito. Por favor léalas y reflexione junto
conmigo: «La mente es un órgano hambriento y tomará cualquier cosa que le
demos. Necesitamos darle el alimento que Dios quiere para que prospere. No se puede arrojar basura a un pozo de agua y
esperar que este sea potable. No se puede alimentar la mente de basura inmoral
y esperar que la vida sea buena, limpia, pura poderosa y motivada»[4].
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