martes, 4 de septiembre de 2018

No os venguéis



No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Romanos 12:19 (RVR1960).

Cuando alguien nos lastima, nuestra tendencia es cobrar revancha por nosotros mismos. Aún si contamos a otros el mal que nos han hecho, la sugerencia más probable que nos darían es el de tomar venganza. Pero esa no es la idea de Dios.
El mandato bíblico es que dejemos que Dios se encargue del asunto. ¡No es fácil!, pues estamos acostumbrados a tomar el asunto en nuestras manos y hacer justicia por nosotros mismos. Aunque el daño o herida la causaron a nosotros; sin embargo, el derecho de venganza es propiedad de Dios y no nuestra. Mientras otros se dan a  la labor de ofender y agraviarnos, la tarea nuestra es dejar el pago de la ofensa a Dios. Y ¿Cuál es el trabajo de Dios? La respuesta está en las últimas cinco palabras del versículo: «…yo pagaré, dice el Señor…».

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