viernes, 28 de septiembre de 2018

COMO SER UN CREYENTE FRUCTÍFERO: ECHE RAÍCES




La palabra fruto se usa sesenta y seis veces en el Nuevo Testamento. La Biblia menciona tres diferentes clases de frutos: El fruto natural: higo, uvas y pasas. Esta es la clase de fruto que usted come.  El fruto biológico: bebés. El fruto espiritual.
¿Qué queremos decir cuando hablamos sobre el fruto espiritual? Sencillamente es reflejar el carácter de Cristo en nuestras vidas. Y ¿cómo sabemos que estamos reflejando el carácter de Cristo en nuestras vidas? Cuando expresamos en nuestro diario vivir el fruto del Espíritu. Y ¿cuál es el fruto del Espíritu? Gálatas 5.22 -23 responde esta pregunta:   “Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…” Ser un creyente fructífero es manifestar el carácter de Cristo por medio de las cualidades mencionadas como el fruto del Espíritu.
Jesús fue claramente enfático con sus discípulos cuando les habló sobre la importantica de ser fructíferos. En Juan 15:8 Jesús dijo: «En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.» La prueba de que usted es un discípulo es que produce fruto.  Más adelante Jesús dijo: «No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca…» (Juan 15:16).
El deseo de Dios es que como discípulos de Cristo, llevemos fruto. Él quiere que seamos creyentes fructíferos. ¿Cómo logramos ser creyentes fructíferos? 

En primer lugar debe ECHAR RAÍCES

Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. Jeremías 17:7-8

Para llegar a ser un creyente fructífero en primer lugar usted necesita echar raíces. De la manera que un árbol da fruto a razón de estar plantado, un cristiano  es productivo cuando echa raíces. Pero observe que el texto bíblico señala que  un árbol cuyas raíces están bien plantadas,  además de ser fructífero, mantiene sus fuerzas y el color verde de sus hojas aún en tiempos de calor y sequía. El calor y la sequía representan épocas de crisis, tiempos difíciles…temporada de dificultades.
Los creyentes que no echan raíces, además de ser  espiritualmente estériles e infructuosos, son frágiles en su fe y acaban marchitados y sucumbiendo en  épocas de duras dificultades y tensión.  Sin embargo, el creyente que ha echado  raíces, aún en medio de las crisis; mantiene su vitalidad y sigue dando fruto. Los creyentes  que echan  raíces, no solo sobreviven en temporadas de crisis, sino que además progresan.
Se dice que la planta de banano es casi indestructible. La puede cortar en pequeños pedazos, y volverá a crecer. La puede quemar y volverá a crecer. Solo hay una forma de acabar con la planta, y es desarraigándola. En la raíz está la clave de sustento para esta planta.

¿Cómo echar raíces?  
En primer lugar ponga su confianza en el Señor.
Las primeras palabras de Jeremías 17.7 dicen: “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como árbol plantado…”. Echamos raíces cuando depositamos nuestra confianza en Dios. No coloque su confianza en algo terrenal, pues lo terrenal es efímero y temporal. Su trabajo es temporal, su dinero también lo es. Su jefe puede ser un tipo poderoso y le puede apoyar, pero de un momento a otro puede cambiar. Ponga su confianza en alguien que no le puede fallar. Que no es temporal. Que no cambia. Que es poderoso todo el tiempo. Ponga su confianza en Dios. La vida con sus dificultades y sus angustias le podrán arrebatar muchas cosas, pero no podrán arrebatarle su fe. No pueden quitarle a su Dios. Eche raíces poniendo su confianza en Dios.
En segundo lugar valore la palabra de Dios en su vida.
El Salmo 1.1-3 dice:
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
Un creyente no puede echar raíces y ser fructífero sino valora la palabra de Dios en su vida. Y con valorar me refiero a dedicar un tiempo para leerla, estudiarla, meditar en ella y aplicarla en su vida. Una vida espiritual descuidada y enclenque es resultado de una Biblia descuidada.
En tercer lugar congregue
El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes. Salmo 92.12-14
Usted echa raíces cuando congrega en una iglesia. No puede echar raíces y dar futo como creyente si usted se queda en su casa y no congrega y menos si anda de una a otra iglesia. Para echar raíces usted necesita plantarse en una iglesia. Así crecerá, florecerá y permanecerá vigoroso en su fe. No hay nada más digno de resaltar en un creyente como su permanencia e identidad con su iglesia. Cuando encontramos creyentes que dicen: “Conocí al Señor en esta iglesia hace más de treinta años, aquí crecí, me desarrollé como creyente. La iglesia ha pasado por momentos muy dificultosos, algunos se fueron para no volver; pero yo sigo aquí plantado en esta iglesia, porque aquí me puso el Señor. Aquí me enseñaron a desarrollar mi fe y a desarrollar el carácter de Cristo. Aquí me alentaron, oraron por mí y mi familia. Aquí aprendí a someterme a la autoridad de mi pastor y a rendir cuentas de mi vida. Aquí permaneceré, hasta cuando Cristo venga o hasta cuando experimente la muerte”.
Si usted va a echar raíces y llevar fruto, ponga su confianza en el Señor, lea y medite en la Palabra de Dios y congregue en su iglesia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario