miércoles, 26 de septiembre de 2018

VIVIENDO TU VIDA AL MÁXIMO: CUIDA TU ACTITUD


he aprendido a contentarme, cualquier que sea mi situación.
Se vivir humildemente, y se tener en abundancia;
En todo y por todo estoy enseñado,
Así para estar saciado como para tener hambre,
Así para tener abundancia como para pasar necesidad.
 Filipenses 4.11-12 (RV60)

El autor de las palabras que encabezan el devocional de hoy fue el apóstol Pablo. Las circunstancias para el insigne escritor del Nuevo Testamento no siempre fueron cómodas. A veces estaba en la cúspide, otras veces en la sombra de la vida. En ocasiones aplaudido y con muchas aclamaciones, en otras apedreado. Rodeado de amistades en ciertos momentos, olvidado en una maloliente celda en otros.  Sin embargo, aprendió a estar contento con todo tipo de situación. Para el apóstol Pablo la palabra contento significaba «estar satisfecho con la situación sin  desear cambio o mejora». Cuando el apóstol dice he aprendido, está haciendo énfasis que el contentamiento no es un estado automático. No es una emoción que fluye natural y espontáneamente de nuestro interior y de las circunstancias en las que nos encontramos. Por lo tanto; para poder estar siempre gozosos, tenemos que aprender a estar contentos. Aunque Pablo no pudo elegir que todos sus días fueran maravilloso, si supo elegir una actitud correcta para sus días y su vida.
Si deseamos vivir a plenitud la vida que Dios nos da, tenemos que aprender a manejar nuestra actitud. Especialmente saber elegir una buena actitud cuando las circunstancias nos son adversas.
  Leí una divertida anécdota del fallecido expresidente norteamericano, Abraham  Lincoln, que muestra la relación entre nuestras decisiones y su efecto sobre quienes somos.
Un consejero de Lincoln le recomendó a una persona para un cargo en su gabinete, pero Lincoln rechazó la sugerencia.
—No me gusta la cara de ese hombre—dijo.
—Pero, señor—dijo el consejero—él no puede ser responsable por su cara.
—Todo hombre de más de cuarenta años es responsable por su cara—fue la respuesta de Lincoln.
Lo que usted es y cómo piensa se puede reflejar  en su rostro. Cuando se mira al espejo y ve una expresión amarga, está viendo la expresión externa de su actitud; por lo tanto: si usted tiene más de 12 años usted es  responsable de su cara y no su papá (jajaja). Elija una buena actitud. Si está pasando por un mal momento, tenga presente que «malo» es el momento, no usted y tampoco Dios.

   Lea las siguientes líneas y medite en cada pensamiento, luego pídale a Dios en oración que le ayuda a elegir una buena actitud para el día.  
   
No podemos escoger cuántos años vivir, pero podemos escoger cuánta vida tendrán esos años.
No podemos controlar la belleza de nuestra cara, pero podemos controlar la expresión de ella.
No podemos controlar los momentos difíciles de la vida, pero podemos decidir hacerla menos difícil.
No podemos controlar la atmósfera negativa del mundo, pero podemos controlar la atmósfera de nuestras mentes.

Muy  a menudo tratamos de escoger y controlar las cosas que no podemos.
Muy rara vez decidimos controlar lo que podemos…nuestra actitud.


3 comentarios:

  1. Buena actitud es lo que de requiere muy bien Pastor. ! 👏✋😁

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  2. Respuestas
    1. Muchas gracias por su comentario. Solo me gustaría pedirle que por favor lo comparta en las redes sociales. Así extendemos el mensaje a más personas. Recuerde que Dios está trabajando a favor de nuestro mundo. Sería un placer ser parte del mismo equipo ¿No le parece?

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