jueves, 27 de septiembre de 2018

VIVIENDO LA VIDA AL MÁXIMO: PON ATENCIÓN A TUS DEBILIDADES


«Ten cuidado de ti mismo…» 1 Timoteo 4.16

Se dice que cuando Aquiles nació, su madre intentó hacerlo inmortal sumergiéndolo en las mágicas aguas del río Estigia. La mujer tomó al niño y lo sumergió sosteniéndolo  por el talón derecho, por lo que ese preciso punto de su cuerpo quedó vulnerable; siendo la única zona en la que Aquiles podía ser herido en batalla. Durante el asedio de Troya, batalla final de la guerra librada entre griegos y troyanos, Paris mató a Aquiles clavándole una flecha envenenada en el talón. De allí que la expresión «talón de Aquiles» se utiliza con frecuencia para explicar el punto vulnerable que toda persona posee.
Ningún ser humano que arroje su sombra sobre este mundo está exento de una o más debilidades. Todos tenemos un talón de Aquiles, puntos vulnerables de nuestra persona,  los cuales pueden arruinar nuestra existencia si  no les prestamos la debida atención.  
Hemos dicho anteriormente que para vivir una vida al máximo debemos cuidar nuestra mente de pensamientos negativos y debemos cuidar nuestra actitud. La tercera recomendación, implica poner atención a nuestras debilidades y tomar las defensas convenientes para evitar futuros lamentos o desagracias. Uno de los personajes bíblicos que desatendió sus puntos vulnerables y llenó de oscuridad su vida, fue Sansón.
Sansón «era un hombre fuerte con una gran debilidad»[1] Tenía las circunstancias favorables para hacer de su vida una obra magistral. Nació en un hogar devoto. Dios lo dotó  de una fuerza extraordinaria y había sido designado divinamente para salvar a su pueblo de sus enemigos. Además de ello, el Espíritu de Dios estaba sobre este hombre. Tenía todas las de ganar. Las circunstancias le asistían para vivir una vida al máximo. Sin embargo, cuando  leemos el relato bíblico de su vida, observamos  que su historia es un espiral descendente, va de mal en peor. Su primera mención en el panorama bíblico siendo ya un hombre, nos revela un punto vulnerable en su carácter. Era dueño de una insidiosa lujuria, la misma que descuidó y le causó el fatal ocaso de su vida.  Los impulsos apasionados de su lujuria llevaron al fornido hombre israelita a fijarse solo en la apariencia física de cada mujer que conocía. Nunca consideró el carácter de las mujeres que tomó. Al parecer solo quería alimentar sus libidinosos apetitos sexuales, sin considerar la clase de mujer que estas eran.
Cuando Sansón conoció a Dalila, «…finalmente encontró la horna de su zapato. El engañador fue engañado; el seductor, seducido…Ella se aprovechó de él, y lo sedujo para que le dijera todo lo que tenía en su corazón (Jueces 16.18)…»[2] Cuando Sansón reveló su secreto, sus enemigos cayeron encima de él y le sacaron los OJOS; aquellas puertas externas de su punto vulnerable, de su talón de Aquiles. La  lujuria llevó a Sansón a coquetear reiteradamente con el desastre, hasta quedar atrapado y devastado
Como le dije anteriormente: Ningún ser humano que arroje su sombra sobre este mundo está exento de una o más debilidades. Todos luchamos con uno o dos pecados del corazón los cuales son distintivos de nuestra naturaleza caída¸ y aunque teóricamente somos vulnerables a todos los pecados; generalmente, existe uno o dos pecados del corazón que constantemente nos asedian y nos vuelven vulnerables. Para Sansón  fue la lujuria ¿Cuáles son los suyos?  ¿Los ha identificado? ¿Qué hace con sus puntos vulnerables? Permítame darle dos recomendaciones útiles y prácticas con respecto a ello:
1.      Identifíquelos y protéjalos supervisándolos y colocando sobre ellos límites.
2.      Ore pidiéndole a Dios que proteja aquellos puntos vulnerables de su carácter.  
Quizás en este instante usted reconoce que sus debilidades le están arrastrando hacia el ocaso. Por qué no hace una oración ahora. Ore conmigo: «Oh Dios, reconozco que soy tan débil y que estoy cerca del precipicio. Dame la fortaleza que necesito ahora mismo para hacer un alto a esta caótica situación. Ayúdame a tomar altura quiero vivir una vida al máximo...Vivir una vida que glorifique tu nombre. Amén».



[1] Charles Swindoll, Como vivir sobre el nivel de la mediocridad (Miami, Florida: Editorial Vida), 289.
[2] John maxwell, Los 21 minutos más poderoso en el día de un líder (Nashville, TN: editorial Caribe, 2001), 104.

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